lunes, 21 de marzo de 2011

Lluvia






















El agua deslíe la conciencia, una a una
empapa las imágenes, se agitan sus reflejos,
tiemblan sólo un instante sobre la herida. Nunca
acabará la lluvia. En la memoria llueve,
vuelvo a ver los charcos de la infancia, una manta
empapada sobre vagas cabezas, y un rostro
muy fugaz de mujer. Siempre estuvo lloviendo,
los pájaros perdidos buscaban entibiarse
en nuestra sangre. Aquella boca de tibia luna
enmudecida y fría, sobre la yerba húmeda...
¿A dónde lleva el agua esas semillas?, ¿en qué mar
desembocan?, ¿en qué madre germinan?, ¿acaso
el alma es tierra y luego, ya en sazón, fructifican
bajo el temblor de la memoria? Tocar el mundo
con nuestras manos ciegas, y luego, en el recuerdo,
otro mundo renace más intenso. Aquella
mano posada sobre el tiempo, aquella frente
con su gesto de arcilla, y este turbio afán
del hombre por alzar su casa derruida
bajo la tempestad, esta inquietud de abrir
en las ondas de todos los regatos la entraña
encendida del musgo. Sí, ¿en qué océano
en qué lecho se vierten las palabras?, ¿qué muelles
refugian a sus barcos? El cielo es agua quieta,
y el polvo, y los vestigios que espejean y abrasan
en su luz la conciencia. Náufragos todos bajo
idéntico aguacero, peregrinos del sueño,
creciendo sobre el pecho del tiempo, sosteniéndonos
sobre la mano incierta de un dios que nos ignora.

Miguel Florian

Atardecer

Mi tren de navidad























Quiero que esta navidad sea diferente,

quisiera ser un tren enorme para poder subir a toda mi gente

y a cada vagón ponerle un nombre distinto

para que cada uno de ellos suba

y se quede ahí, siempre, siempre conmigo...

Quisiera que cada vagón fuera diferente

para hacer sentir muy feliz a toda mi gente

y que ellos a su vez invitaran a sus amigos

para subir en mi tren y recorrer juntos el camino...

y así poder llegar cada uno a nuestro destino....

Y quizás te preguntarás que nombre lleva cada vagón,

ahora te los digo con todo el corazón, empecemos pues por

paz, amor, felicidad, prosperidad, fe,

éxito, esperanza, amistad, solidaridad, fuerza, dedicación,

sensibilidad, caridad, apoyo, carisma, humor, liderazgo,

risas, amor, ternura, compasión, carcajadas y emoción,

y también porque no? quizás un poco de dolor, para que así

puedas valorar, todos los vagones por los que has de pasar...

cada uno de ellos lo disfrutarás y ahí conocerás el valor de la amistad...

¡y se que no querrás, de mi tren jamás bajar!

Pero yo no quisiera que solo fuera en navidad,

quisiera todo un año para poderte demostrar

que el espíritu navideño si puede perdurar

solo es cuestión... de que tu quieras, a mi tren abordar...

y ser parte del sueño para convertirlo en realidad...


Quisiera esta Navidad poderte regalar todo eso y mucho más

pero lo más importante que yo quiero que tengas

es el corazón con las puertas bien abiertas,

para dejar entrar la luz de una estrella....

llamada Jesús... y que nunca, nunca te alejes de ella...

pues solo con él encontrarás la Navidad eterna.

Magali Sauceda

Una rosa...




















El amor es como una rosa,
nace como uan pequeña esperanza,
alimentándose del cálido sol,
crece y se desarolla
con los ciudados del corazón...

La gracia de tu rama verdecida


























Árbol, buen árbol, que tras la borrasca
te erguiste en desnudez y desaliento,
sobre una gran alfombra de hojarasca
que removía indiferente el viento...

Hoy he visto en tus ramas la primera
hoja verde, mojada de rocío,
como un regalo de la primavera,
buen árbol del estío.

Y en esa verde punta
que está brotando en ti de no sé dónde,
hay algo que en silencio me pregunta
o silenciosamente me responde.

Sí, buen árbol; ya he visto como truecas
el fango en flor, y sé lo que me dices;
ya sé que con tus propias hojas secas
se han nutrido de nuevo tus raíces.

Y así también un día,
este amor que murió calladamente,
renacerá de mi melancolía
en otro amor, igual y diferente.

No; tu augurio risueño,
tu instinto vegetal no se equivoca:
Soñaré en otra almohada el mismo sueño,
y daré el mismo beso en otra boca.

Y, en cordial semejanza,
buen árbol, quizá pronto te recuerde,
cuando brote en mi vida una esperanza
que se parezca un poco a tu hoja verde...

Antonio Machado

Mariposa de otoño






















LA mariposa volotea
y arde —con el sol— a veces.

Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.

Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.

Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de las mieses.

Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.

Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.

Era la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.

Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.

Se va la mano que te induce.
Se va o perece.

Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.

El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.

Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.

Su lengua tibia me rodea.
También me dice: —Te parece.

La mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece.

Pablo Neruda

Un chocolate viene de reina

































aquí tengo en la cartera un chocolate.
apretada
le letra de un hombre se ha prendido
al papel que lo envuelve.
un hombre azul me lo envía
lo deja caer desde una nube.
un chocolate viene
desde un vuelo muy alto sin aviso
a mi boca
y en el gusto van entrando sus ojos.
estoy comiendo ojos de chocolate
en mi vestido blanco se prenden las avispas.
ya que volamos juntos dime
dónde está la distancia interminable
mi cuerpo a segundos-propulsión del tuyo
y el amanecer cuajándose en mi bata.
ya toco el otro corazón bajo tu vientre.
en el ruido de un motor donde puede
desprenderse la eternidad estamos presos.
ya estoy muerta por accidente de un amor
en este oscuro hotel aprieto mi tablita de chocolate
para salvarme
(no se pueden amputar los amorcitos todo
es continuable o roto por
las cosas principales que te obligan
a matar a una muchacha
en este pobre hotel de provincia
con los colchones hundidos de tanta humanidad).
las paredes se descascaran la gente se me olvida
y estos momentos que uno tiene
son ásperos
como si nos hubiéramos vaciado
indefensos
sólo un sabor dulce sobre mi ombligo
y no puedo detener los aviones que van a salir
que no son de juguete ya crecieron
y las señales los aeropuertos
siguen depositando tu cuerpo en la realidad
sin que yo pueda nada en contra
boletos fechas viajes que me corrompen
la
de tanta fama que tengo aquí
la fama que no es un número exacto
ni siquiera un chocolate entre los dientes
nadie sabe que en esta habitación tan sola
yo me como la fama
porque no me sirve para dormir
tibia
entre tus muslos.


María Rodríguez

Amor es amar









































Llegas, amor, cuando la vida ya nada me ofrecía
sino un duro sabor de lenta consunción
y un saberse dolor desamparado,
casi ceniza de tinieblas;
llega tu voz a destrozar la noche
y asciendes por mi cuerpo
como el cálido pulso hacia el latir postrero
de quien a solas sabe
que un abismo de duelo lo sostiene.


Nada había sin ti,
ni un sueño transformado en vida,
ni la certeza que nos precipita
hasta el total saberse consumido;
sólo un pavor entre mi noche
levantando su voz de precipicio;
era una sombra que se destrozaba,
incierta en húmedas tinieblas
y engañosas palabras destruidas,
trocadas en blasfemias que a los ojos
ni luz ni sombra daban:
era el temor a ser sólo una lágrima.


Mas el mundo renace al encontrarte,
y la luz es de nuevo
ascendiendo hacia el aire
la tersa calidez de sus alientos
lentamente erigidos;
brotan de fuerza y cólera
y de un aroma suave como espuma,
tal un leve recuerdo
que de pronto se hiciera un muro de dureza
o manantial de sombra.


Y en ti mi corazón no tiene forma
ni es un círculo en paz con su tristeza,
sino un pequeño fuego,
el grito que florece en medio de los labios
y torna a ser el fin
un sencillo reflejo de tu cuerpo,
el cristal que a tu imagen desafía,
el sueño que en tu sombra se aniquila.


Olas de luz tu voz, tu aliento y tu mirada
en la dolida playa de mi cuerpo;
olas que en mí desnúdanse como alas,
hechas rumor de espuma, oscuridad, aroma tierno,
cuando al sentirme junto a tu desnudo
se ilumina la forma de mi cuerpo.


Un mar de sombra eres, y entre tu sal oscura
hay un mundo de luz amanecido.




Ali Chumacero

martes, 15 de marzo de 2011

tú&yo(:


















Si tuviera tu salud en mano
la cuidaría, la alimentaría y la amaría.
Si tuviera tu amistad en mano
la cuidaría, la besaría y la conservaría.
Pero si lo que tuviera en mano eres tú
entonces te agarraría fuerte y jamas te soltaría.


tú&yo(L)